CARACTERÍSTICAS DE UN NIÑO DE 5 AÑOS
"Sobre el desarrollo del niño en sus diferentes capacidades existen distintas líneas teóricas, que hacen sus valiosos aportes a nuestro conocimiento de la infancia. Cabe destacar que en nuestra tarea docente somos los encargados de integrar dichos aportes, de contextualizarlos culturalmente, con una mirada pedagógica; recordando que nuestros niños son “niños reales, concretos, aquí y ahora "
De su desarrollo motriz
Hay una construcción interna del esquema corporal casi acabada. Se ha logrado en varias etapas. Es el resultado de la delineación de los objetos con respecto a su propio cuerpo y la diferenciación del mundo que lo rodea.
Ha desarrollado la conciencia de su propio cuerpo y diferencia de modo más preciso sus funciones motrices, a través del movimiento, de sus desplazamientos.
Se ha definido su lateralidad, y usa permanente su mano o pie más hábil, y así puede establecer una adecuada relación con el mundo de los objetos y con el medio en general. Las nociones de derecha- izquierda comienzan a proyectarse con respecto a objetos y personas que se encuentran en el espacio.
Su coordinación fina, está en proceso de completarse; ésta le posibilita el manejo más preciso de herramientas y elementos de mayor exactitud. Estas destrezas no sólo se adquieren con la maduración de la musculatura fina, sino también por el desarrollo de estructuras mentales que le permiten la integración y adecuación de los movimientos en el espacio y el control de la vista (coordinación visomotora). La realización de actividades manipulativas (trabajos manuales) es importante, pero en ellas deben presentársele obstáculos a vencer, la posibilidad de buscar medios, inventar instrumentos; es decir la oportunidad de descubrir, reflexionar, crear.
Enriqueció sus estructuras de espacio, tiempo, permanencia de los objetos a través de los movimientos finos y su acción con los objetos.
En la actividad motora confluyen tanto los aspectos intelectuales como los afectivos de su personalidad.
De su desarrollo psicosocial
El niño de esa edad está abocado a la difícil tarea de conquistar su lugar dentro de la estructura familiar.
Manifiesta interés por averiguar los orígenes de su propia vida, de hermanos y padres (sobre ”las panzas”, ”cómo entran los bebés”,”cómo salen”); la diferencia entre los sexos, el significado de la muerte, elaborando “teorías infantiles”.
Lo inquieta la posibilidad de la muerte (de animales, de personas queridas o cercanas) vinculándola con la inmovilidad, la ausencia, sin convencerse de que son definitivas. Pregunta reiteradamente sobre los muertos.
Descubre la diferencia de los sexos como criterio irreversible para discriminar entre varones y mujeres. Se espían mutuamente.
A medida que adquiere mayor autonomía y posibilidades de discriminación, va advirtiendo otros vínculos, en particular la relación que une a sus padres.
Se enamora de su pareja parental opuesta y rivaliza con el otro. Más tarde renunciará a ese amor y se identificará con su rival deseando ser como él en el futuro (5-6 años aproximadamente).
Este drama central en su vida, lo ayuda a construir el núcleo de su identidad sexual.
Afectivamente es celoso, siente amor y hostilidad, es inestable, demandante.
Al terminar el nivel inicial en su mayoría ha respondido estas cuestiones construyendo sus verdades a partir de sus averiguaciones, observaciones y deducciones.
Hacia los 6 años, coincidente con el comienzo de la etapa primaria, comienza, según Freud, el período de latencia.